Tunquén es una localidad Chilena situada en el Litoral Central en torno a una gran playa pertenece a las comunas de Casablanca y Algarrobo, en las provincias de Valparaiso y San Antonio, Región de Valparaíso.Su nombre es originario de la legua manpudungun de los aborígenes que vivieron en esta zona, la traducción en español seria “toma no más, agarra, recoge” otras traducciones dicen: “la tierra que se agrieta”.
Es una franja de 300 metros de costa con una extensión de 5 kilómetros que limita al norte con El Barco; al sur con El Yeco. Al norte de la playa está la desembocadura del Estero Casablanca donde se crea el Humedal de Tunquén. Al sur sobre la playa se encuentra la parcelación del Condominio Campomar. Al oeste el océano Pacífico. Al norte de esta gran playa existen 3 parcelaciones, La Boca, El Rosario y Punta de Gallo, (sector ecológico) con mas de 500 casas, todas las cuales funcionan con energía solar.
Historia
La hacienda de Tunquén fue cedida por doña María Báez Flores (hija de don Hernando Báez y doña Catalina Flores) a la Compañía de Jesús en 1672. La orden mantuvo dicha hacienda junto a varias otras haciendas adyacentes tales como -la hacienda de las Tablas, Laguna, Quebrada Verde, Quintay- hasta el año 1767 (año de su expulsión de Chile). La Junta de Temporalidades encargada de administrar los bienes raíces de los jesuitas expulsados remató la hacienda denominada «las Tablas» (adyacente a la antigua hacienda de Tunquén por el norte) a don Francisco Ruiz de Balmaceda en 1784. Es importante destacar que en dicha venta se incluían además las antiguas haciendas de Tunquén y de Quintay. En 1794 la hacienda las Tablas-Tunquén-Quintay fue rematada por don José Ramírez de Saldaña, de origen guatemalteco y Prior del Real Tribunal del Consulado de Santiago, casado en segundas nupcias con doña Margarita Velasco y Cañas del Portillo. La propiedad pasó luego a manos de don Francisco de Paula Ramírez de Saldaña Velasco y su esposa doña Gertrudis Rosales Larraín. Uno de los hijos de este matrimonio, don José Manuel Ramírez Rosales, vendió la hacienda fusionada a don Pedro Antonio Martínez en 1868, quien realizó la primera fragmentación vendiendo la hacienda de Tunquén a don Nicolás Igualt en 1872. El señor Igualt mantuvo la propiedad en su poder por casi cuatro décadas, vendiéndola en 1913 a don Francisco Antonio Hernández. El señor Hernández es quien finalmente la enajena en 1935 al Sr. Alfredo Strange y su esposa Sara Santibáñez. Los herederos del matrimonio Strange-Santibáñez heredaron varias hijuelas de la antigua hacienda (actuales fundos la Boca, el Rosario, Punta de Gallo, etc.) qué fueron luego subdivididas y vendidas a fines del s. XX a múltiples propietarios.
El Fundo de Tunquén, que tenía en el pasado 1100 hectáreas pertenecientes a la familia Strange e incluía desde Punta Chago por el norte hasta El Yeco por el sur, comenzó a parcelarse hace 30 años. Las primeras fueron las del condominio Campomar, para seguir con Parcelación La Boca, Rosario, Punta Gallo y El Barco. Hoy Tunquén constituye una isla de biodiversidad costera entre dos expansiones de megaproyectos urbanos como son Santa Augusta en Quintay y San Alfonso del Mar en Algarrobo Norte.